sábado, 28 de noviembre de 2009

¿Quién es Jehová para que yo oiga su voz?

Hace alrededor de unos 3,500 ó 4,000 años el pueblo de Israel estaba esclavo en Egipto, Dios le habló a Moisés para que fuera ante el Faraeón en turno y le pidiera que dejara ir al pueblo para que le adorara. La respuesta del Faraón fue el título de nuestro mensaje de hoy ¿Quién es Jehová para que yo oiga su voz?.

Hemos de recordar algunos detalles para poder entender en toda su magnitud ésta expresión. A nosotros nos parece, y de hecho lo es, muy arrogante y hasta una blasfemia, pero, debemos tomar en cuenta que en ese tiempo no sólo el pueblo de Egipto sino el Faraón mismo, creían que él también era un dios. Y que viviría por siempre como un dios, aún después de muerto, por ello es que sus tumbas eran unas ciudadelas preparadas para el paso al más allá. Pero, el punto central del asunto es el siguiente, como Faraón se creía un dios y no había oído hablar de ese "otro" Dios ¿A cuenta de qué lo iba a obedecer? ¿Cómo un Dios desconocido para él, podía serlo?

La historia nos cuenta en el libro de Exodo en los capítulos 4-6 lo que aconteció. Pero lo que nos interesa es el hecho de que muchos hombres el día de hoy, están en la misma situación de Faraón NO CONOCEN A JEHOVA COMO DIOS. Entonces ¿Cómo pretendemos que lo oigan? ¿Cómo pretendemos que lo obedescan? Bien dice el libro de Romanos ¿Cómo pues, invocarán en aquel en el cual no han creído? ¿Cómo pues, creerán en aquel de quien no han oido? ¿Cómo oirán sin haber quién les predique? (Romanos 9:14). Muchos el día de hoy mencionan a Dios en todas sus conversaciones, le piden a Dios que les ayude en sus negocios, en sus planes, en sus metas, pero en realidad NO LO CONOCEN pues no escuchan su voz, no siguen sus leyes, no obedecen a las normas que Dios ha dado a quienes sí son su pueblo, pues no salen al desierto a adorarlo.