viernes, 13 de febrero de 2009

No todos somos llamados a lo mismo

Los seguidores íntimos del Señor fueron 120, a los cuales vemos en el Aposento Alto en Hechos 1:15; de los más íntimos y que predicaban el evangelio fueron 70, a los cuales en una ocasión envió de dos en dos según nos narra Lucas 10:1; pero de ellos eran 12 los que eran instruidos más intenseamente por el Señor Jesús, véalo en Mateo 10:1-4; y cualquiera diría que allí termina el asunto, pero no, vea usted como sólo 3 de ellos vieron la gloria de Dios sobre la tierra, en lo que conocemos como la Transfiguración de Cristo, èstos fueron Pedro, Jacobo y Juan su hermano (Mateo 17:1-5), pero hay más aún, pues solamente a uno de ellos Dios le declaró los secretos más íntimos de y para la humanidad, a Juan en la isla de Patmos, cuando escribiera el Apocalipsis.

Los 12 discípulos ìntimos fueron llamados para predicar a los judíos, pero Dios eligió a Pablo para predicar a los gentiles. De los otros, no todos tuvieron ministerios largos, por ejemplo: Judas, murió incluso antes que el Señor al que había traicionado vea los 4 evangelios; el ministerio de Esteban fue tan corto como el de Juan el Bautista, pues Esteban es conocido como el primer mártir de la historia (Hechos 7:59); luego, el próximo en morir y luego fue Jacobo el hermano de Juan, aquél que había visto la Transfiguración vea Hechos 12:1.

Como podemos ver no todos fueron llamados a lo mismo ni todos tuvieron el mismo fin, así es el día de hoy. No todos los creyentes en Cristo somos llamados a los mismos menesteres, unos son llamados al servicio, otros a predicar, otros a consolar, otros a interceder, etc. Lo importante es que así como los discípulos y los apóstoles del Señor hicieron lo que les correspondía, nosotros hoy hagamos lo mismo. Y lo hagamos como dice Colosenses 3:23: "Haciéndolo como para el Señor y no como para con los hombres".