martes, 31 de marzo de 2009

Que nadie os engañe con filosofías y huecas sutilezas.

La única forma en que el propósito de Dios sea cumplido en nosotros, que es, el hecho de que Cristo se formado en nosotros, que Cristo more en nuestros corazones y que sea EL quien nos cambie la antigua forma de vivir, es estudiando y conociendo a profundidad el "evangelio de Jesucristo", lo dice Pablo en ésta forma: "En quien están escondidos TODOS los tesoros de la sabiduría y del conocimiento" (ver Colosenses 2:3).

La única forma en que un líder puede llevar a las ovejas del Señor a los pies del Señor es estudiando el "evangelio de Jesucristo". No puede ser estudiando psicología, filosofía, teología, dogmas y tradiciones. Pablo llama a todo esto "huecas sutilezas" ¿Por qué? Bueno, simplemente porque todas esas ciencias son estudios de los hombres para conocer al hombre; mientras que el evangelio es la ciencia de Dios que conoce al hombre. ¿Y quién podrá conocer mejor la creación, sino el creador de ella? (ver Génesis 1:27 y Colosenses 2:8).

Es tan delicado éste tema, que Pablo lo menciona con las mismas palabras de "advertencia" con que Cristo nos habló del fin de los acontecimientos y de los tiempos en Mateo 24:3: MIRAD QUE NADIE OS ENGAÑE. Y, si la advertencia está allí, por algo será. Tengamos mucho cuidado en éstos tiempos finales, de que quien nos esté guiándo nos guíe con el evangelio de Cristo y no con el evangelio del hombre (filosofías, tradiciones y huecas sutilezas) a los cuales Pablo llama "rudimentos" o sea los primeros instrumentos, los primeros estudios mundanos pero no conocimientos según Cristo (vea Colosenses 2:8).