viernes, 8 de mayo de 2009

¿Por qué debemos alabar a Dios?

La palabra "alabanza" significa "elogiar" algo, o, a alguien. Nosotros acostumbramos hablar bien o elogiar lo que nos parece bueno, lo que nos hace bien o lo que nos ha hecho un bien. Así, elogiamos un amigo que nos tiende la mano, hablamos bien de una medicina que nos resultó efectiva, o de algún lugar al que fuimos y nos agradó. Esto lo hacemos para que las demás personas sepan que fulano o mengano es una buena persona y que además estamos agradecidos con él por lo que hizo. O para que alguien más goce de lo que nosotros gozamos cuando estuvimos en tal o cual lugar. O para que se cure pronto con lo que nosotros nos curamos.

Bueno, pues el Rey David nos incita a que alabemos o elogiemos a Dios en todo momento, pues dice en el Salmo 89:1: "Las misericordias de Jehová cantaré perpetuamente; de generación en generación haré notoria tu fidelidad con mi boca, oh Dios". El mundo sería completamente diferente si todas las generaciones hubiésemos sido instruidas bajo éste principio. El Proverbio 22:6 dice: "Instruye al niño en su camino, y aún cuando fuere viejo no se apartará de él". Repetimos, si todos los niños de todas las generaciones hubiésemos sido instruidos bajo éstos principios, el mundo sería diferente.

Es obligación del adulto instruir a un niño dentro del hogar, no es obligación del estado ni es obligación de la escuela sólo porque la pagamos. El niño debe y tiene que ser instruido por los padres. Así como el orden perfecto diseñado por Dios para el hombre es en prioridades: Dios, la familia, y luego la Iglesia (patrón que por cierto se ha roto anteponiendo imprudentemente la iglesia antes que a la familia), del mismo modo el patrón de Dios para un niño es que sea la obligación de educar a un niño, sea primeramente por los padres, luego por la escuela y por último por el estado. Enseñemos a nuestras generaciones a alabar a Dios, y cuando sean viejas no se apartarán de EL.

Como vemos, "alabar" a Dios no significa cantar coros y coros hasta que la iglesia se llene para poder pedir una ofrenda, sino declarar o decir públicamente "elogios" a Dios o "elogios" para Dios.