miércoles, 5 de agosto de 2009

¡Ay de ellos!

Antes de Apocalipsis encontramos la epístola de Judas en la biblia, éste Judas era hemano de Jacobo (él mismo lo dice en el verso 1 de su epístola), y ambos eran hermanos de Jesús (Mateo 13:55) nacidos de José y María. Tanto Jacobo como Judas recibieron la revelación de que su hermano era El Mesías hasta después de la resurrección de Jesús (vea Juan 7:5 y Hechos 1:14).

En su epístola, Judas nos da una de las exclamaciones más duras de las cuales podamos leer en la escritura, pues si usted lee Apocalipsis con detenimiento encontrará que cuando la expresión ¡Ay! aparece, es porque vienen acontecimientos drásticos. Aquí, en su epístola, Judas nos habla de ese ¡Ay! por tres situaciones que son muy comunes en la congregación el día de hoy, veamos el verso 11 que dice: ¡Ay! por los que siguen el camino de Caín. ¿Qué fue lo que hizo Caín? Caín fue el primer asesino de la historia por celos, por envidia, por su falta de entrega (Génesis 4:5). Evitemos entonces los celos, la envidia y nuestra falta de entrega a Dios pues seremos como criminales menospreciando a nuestros hermanos y ensañándonos contra ellos, a unos porque avanzan y a los otros porque pensamos que son inferiores a nosotros.

¡Ay! de los que por lucro se lanzan en el error de Balaam. ¿Qué fué lo que hizo Balaam? Este se dejó tentar por los bienes que le ofrecieron para ir en contra del pueblo de Dios (Números 22:1-35). Dice la escritura que TODOS los males vienen por el amor al dinero y hasta nos extravía de la fe (1era. Timoteo 6:10) evitemos entonces el amor al dinero. Y por último dice: ¡Ay! por los que perecen por la rebelión de Coré (Números 16:1-35). Esta rebelión consistió en estar en contra de la autoridad puesta por Dios, no estar de acuerdo con aquellos que SI tienen el llamamiento de Dios. Muy aparte es el hecho de no someterse a quienes se han autonombrado como pastores, profetas, ministros y hasta apóstoles y que tarde o temprano se evidencian en su error, de ellos o por ellos no hay que tener temor de castigo alguno si se les confronta.