jueves, 6 de agosto de 2009

No hay nada mejor para el hombre.

Si se hiciera una encuesta y preguntáramos como única alternativa ¿Según su criterio, qué es lo mejor que le puede pasar al hombre? Seguramente tendríamos respuestas diversas como: Casarse, tener un hijo, realizar sus sueños, hacer riquezas, etc. Pero cuando el hombre más sabio que ha existido sobre la tierra se cuestionó así mismo acerca del tema, su respuesta fue: "Comer". Vea usted en Eclesiastés 2:24: "No hay nada mejor para el hombre sino que coma y beba, y que su alma se alegre en su trabajo, pues esto viene de la mano de Dios".

Al analizar toda la escritura nosotros podemos observar lo importante que resulta en la vida del hombre la comida: Cuando Dios se le apareció a abraham en Mamre, lo primero que hizo Abraham fue ofrecerle comida (Génesis 18:1,5-6). Cuando Dios iba a sacar a su pueblo de Egipto, lo primero que le dijo fue come, y así estableció la Pascua (Exodo 12:8). Cuando Jesús iba rumbo a la cruz, lo último que hizo con sus discípulos fue comer, y así estableció la Santa Cena (Lucas 22:15). Cuando Jesús nos ofreció que vendría por todo su pueblo en una segunda ocasión lo que nos ofreció fue comer con nosotros, y así, estableció la Cena de las Bodas del Cordero (Apocalipsis 19:9).

¿Es Dios materialista o es que en la comida hay algo especial que EL mismo haya puesto? Dios es un ser espiritual y no material, pero siendo EL el autor de ésta obra maestra que somos los hombres, sabía que si no ponía como régimen el alimento, sino ponía los tiempos de comida tan rigurosos para el hombre sucederían dos situaciones: La primera, que los afanes de éste mundo nos consumirían, pues solamente la comida nos hace deternos un poco del trabajo cada día; y segundo, si no fuera por la comida no tendríamos compañerismo con nadie, no habría un hogar, no habría familia, no habría amigos. Si usted lo analiza, esa es la razón de todas esas escrituras que acabamos de mencionar... el compañerismo, ya sea con Dios, con los hombres, o con ambos. Así que, ande vaya y coma y beba con los suyos, pero no se olvide de compartir con el necesitado.